Sánchez juega la voz clave de la legislatura y pone el foco en bildu y grupúsculos
El gobierno se planta este jueves la validación en el Congreso del Real Decreto Ley de medidas contra la guerra en ucraniaEntre gran incertidumbre sobre el resultado final de la votación. Ese rechazo de CNE para apoyarlo (excepto turno de última hora) como castigo por el supuesto espionaje del «software» Pegasus a posiciones independentistas, pone al Ejecutivo muy cerca de no poder sancionarlo. Entonces, anoche trató de avanzar al anunciar que estaba listo para editarlo como un proyecto de ley para incluir aportes de otras facciones. Las dudas sobre el resultado final son tan grandes que el Primer Ministro Pedro SánchezHa cancelado su viaje a Moldavia y Polonia estar presente en el semicírculo. Ni un solo voto debe fallar.
Este último paso del ejecutivo -la oferta de convertirlo en proyecto de ley- es también una petición del PP, lo que ha hecho que se interprete en algunos ámbitos como un gesto al principal partido de la oposición. Pero no es su apoyo lo que condiciona a Génova a aceptar algunas de sus propuestas económicas que busca el gobierno. La oferta está dirigida principalmente a EH Bildu y algunos partidos pequeños como Teruel Existe o BNG según fuentes socialistas.
Aunque todavía quedan horas para negociar antes de la votación del mediodía, Ejecutivo y PSOE se muestran muy satisfechos Pesimistas con la oportunidad de convencer a ERC, cuya relación con Moncloa se ha deteriorado mucho a pesar de que le prometieron una investigación interna en el CNI. Tanto esto como la activación de la comisión de secretos oficiales a costa del cambio de mayorías fracasaron y los republicanos se asentaron en el No. Fuentes socialistas indican que «en esta situación de tensión con el Gobierno, Pere Aragonès vio la oportunidad de comerse un junco».
Por ello, el foco de atención a lo largo de la jornada ha sido el esfuerzo del Ejecutivo y el PSOE Consigue la voz de los ‘abertzales’, porque aunque supuestamente espiaron a una de sus diputadas, no tiene la unidad de espionaje masivo que denuncian los partidos catalanes. Si EH Bildu vota a favor, aunque finalmente ERC y PP decidan en contra, habría suma para conseguir más síes que no, con Unidas Podemos, Más País, Compromís, PNV, PRC, Teruel Existe, BNG y Nueva Canarias . De hecho, este último partido fue persuadido durante las negociaciones con la promesa de redactar el Real Decreto-Ley como proyecto de ley. Una decisión que también puede joder a Teruel Existe, dudosa por un tema incluido en el plan anticrisis relacionado con las energías renovables.
Es una fórmula de muy alto riesgo ya que Sí o sí, necesitas el apoyo de EH Bildu y BNG. Pero el gobierno se ha centrado en tener la mejor oportunidad de validar el decreto, y según fuentes gubernamentales son «muy conscientes» de que la votación se puede perder.
La otra opción que Moncloa considera eliminada es una abstención talentosa del PP. Hasta ahora, el Gobierno se ha negado a negociar en serio con el PP porque supondría desarmar a su propia mayoría parlamentaria, ya completamente desarmada por su ruptura con ERC. Fuentes socialistas también señalan que el principal partido de la oposición, consciente de la «debilidad» que vive el Ejecutivo a raíz del «caso Pegasus», está animando a las formaciones de centroderecha a derrocar colectivamente el decreto en la emisión de una contundente derrota. sanchez La impresión en el PSOE es que el PP votará no.
El PP: «Es insuficiente»
La vía de negociación con el PP (su abstención parecía imprescindible ante el absoluto malestar de los socios de Gobierno y la confirmación de otros grupos como Ciudadanos de que votarán en contra) quedó confirmada como confirmada estéril tras el intercambio de cartas entre la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y el popular empresario, juan bravo. Para facilitar la aprobación del decreto, el PP pedía cuatro puntos de su plan económico que debían tramitarse como anteproyecto de ley: la rebaja de los impuestos a las rentas bajas y medias, la rebaja del IVA de la electricidad, medidas para agilizar la gestión de los fondos europeos y una racionalización del gasto político y burocrático del gobierno.
Visiblemente molesta por la «presión mediática» de los conservadores, Montero respondió haciendo pública su carta y dejando claro que no aceptaba el plan económico de Feijóo. “Usted comprenderá que se requiere un análisis minucioso ya que hay que estudiar las implicaciones presupuestarias”, despachó el titular de Hacienda. Paralelamente, Moncloa hizo público el anuncio de que el Gobierno había cometido para procesar la notificación como una factura para incluir acciones de grupo en el futuro.
Pero el PP desecho Desde el primer momento que fue un guiño a su facción, insistiendo en que el proceso en el Congreso es «nada» a menos que se especifiquen por escrito los cuatro puntos. “Es totalmente inadecuado y el gobierno lo sabe”a este periódico a altas horas de la noche varias fuentes de la dirección nacional del PP.
El diputado que defenderá la posición popular del decreto es Jaime de Olano. Pero muchos de sus compañeros insistieron a última hora de ese miércoles en que «todavía no se había comunicado el sentido de la votación». Así se ha confirmado en la zona de Feijóo la decisión se tomará el jueves, incluso durante el debate. Y concluyeron: “Es hora” de volver a mirar a un gobierno que busca voto tras voto, calculadora en mano.
Dudas sobre el «no» y la abstención
Los populares, como ya ha publicado este diario, oscilan entre la abstención y el no desde hace días. Aunque semanas atrás, cuando el Consejo de Ministros aprobó el texto, la balanza se inclinó hacia la abstención de la validación en el Congreso, el pasado fin de semana la dirección conservadora tendió a valorar un voto en contra. Primero, por los crecientes problemas que enfrenta el Ejecutivo tras el escándalo de espionaje que amenaza con sacudir al Legislativo.
Y además, entienden que en el PP el decreto «se queda demasiado corto» y es «inadecuado» para dar paso a la crisis inflacionaria que vive la ciudadanía. Por lo tanto, creen que votar en contra no causaría tanto desgaste. En la otra cara de la moneda están los dirigentes, que no ven un no claro a un decreto tan delicado que afecta directamente a los hogares españoles, sobre todo a la hora de llenar el depósito de los coches. “Cuando el decreto contiene buenas medidas, aunque sean muy pocas, es difícil justificar un voto en contra”, explican. Tampoco niegan que la anterior dirección popular no había expresado dudas y ya había dicho que no. Y en ese contexto se dan cuenta de que Feijóo quiere marcar distancias.
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