¿Por qué los pájaros vuelan en bandadas?
En la lista de aves que vuelan en formación, tenemos patos como los gansos y patos hasta zancudas como grullas y cigüeñas. Cuando pensamos en bandadas de pájaros suponemos que son todos de la misma especie, pero en ocasiones esta ley no se cumple.
Y es que los rebaños mixtos son un hecho relativamente común en los bosques andinos y en las selvas del Neotrópico, donde el tamaño y el grado de asociación entre las diferentes especies no siguen reglas fijas.
En estos grupos se distinguen dos tipos de especies: nucleares y satélite. Los primeros inician y/o participan más activamente en la manada, se podría decir que son los líderes, y suelen ser los que están equipados con sistemas de alarma más complejos que facilitan repeler a posibles depredadores.
Las especies satélite se unen a los rebaños mixtos pero no deciden el rumbo ni ayudan a monitorear contra enemigos potenciales.
protección y ahorro de energía
Antes de iniciar el vuelo, las aves esperan que el sol se caliente lo suficiente para aprovechar las corrientes de aire ascendentes y minimizar el uso de energía. Cuando alcanzan cierta altura, suelen estar alineados en formación, generalmente dibujando una «V».
La razón por la que las aves prefieren volar rodeadas de otros en lugar de solas es porque pueden planear más tiempo sin batir las alas. Las aves que más se benefician son las que vuelan en las últimas posiciones, mientras que las que más «pierden» -las que menos energía conservan- son las que se encuentran al frente de la formación.
También se ha descubierto que la formación de un grupo hace que el aire por encima de las alas fluya más rápido que por debajo, creando una mayor presión sobre el suelo, lo que facilita el vuelo. En algunos casos, el entrenamiento tiene como objetivo hacer que la búsqueda de alimento sea una tarea mucho menos tediosa.
En otras ocasiones, la columna tiene un claro papel defensivo, evitando el grupo que sus miembros sean atacados por depredadores ya que los constantes cambios de dirección les impiden centrar su atención en una sola presa.
Algunos estudios científicos van un paso más allá al demostrar que las frecuencias cardíacas de las aves son comparativamente más bajas en las aves que forman parte de una bandada que en las que vuelan solas.
Un espectáculo aéreo sincronizado
El vuelo entre las aves que forman el grupo está perfectamente sincronizado, por lo que no se producen colisiones entre ellas. En ocasiones sus vuelos dibujan patrones verdaderamente hipnóticos tras cambiar su posición y ritmo de brazada en cuestión de segundos para mejorar su aerodinámica y ganar impulso.
Parece que lo consiguen gracias a mecanismos neurales en los que intervienen dos neuropéptidos -la vasopresina y la mesotocina- junto con sus respectivos receptores (VT3 y VT4) situados en dos regiones específicas del cerebro de las aves (el tabique lateral y el arcopalio dorsal). rol crucial.
Gracias a ellos, son capaces de conocer la posición exacta de los demás pájaros del grupo y saber en todo momento cuál es la mejor ubicación posible, aprovechando el flujo de aire que genera el pájaro que tienen delante.
Quizás, sólo quizás, a partir de ahora disfrutemos más de esas bellas imágenes que la naturaleza nos regala de vez en cuando, en las que cientos de pájaros parecen moverse como si fueran uno solo.
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