Las ridículamente pegajosas semillas de muérdago podrían convertirse en un pegamento biológico
Muchas personas hoy en día asocian el muérdago con los besos festivos. Pero durante siglos la planta fue más conocida por su notable pegajosidad; Los antiguos griegos y romanos usaban bayas pegajosas de muérdago para aplicaciones que iban desde trampas para pájaros hasta ungüentos para úlceras cutáneas. Ahora, los bioquímicos están investigando si la pegajosidad del muérdago puede proporcionar una alternativa natural a los pegamentos sintéticos.
Para la planta parásita del muérdago, la pegajosidad es esencial. Dentro de cada baya hay semillas recubiertas de una sustancia parecida a un moco llamada viscina. Después de que un pájaro engulle y digiere una baya, expulsa grumos de semillas en hebras de esta sustancia, que cubren las ramas de los árboles y pegan las semillas en su lugar. Luego, el muérdago se incrusta en el árbol, extrayendo agua y nutrientes de su huésped.
Para determinar qué hace que este adhesivo natural sea tan pegajoso, el biólogo químico de la Universidad McGill Matt Harrington e investigadores del Instituto Max Planck de Coloides e Interfaces en Potsdam recolectaron plantas de muérdago que crecen en manzanos en Alemania. Usando pinzas, sacaron la viscosa fibra de las bayas para verlas más de cerca.
En un estudio publicado en Nexo PNAS, el equipo descubrió que la estructura de la viscina la diferencia de otros adhesivos. Mientras que muchos pegamentos sintéticos comienzan como charcos de productos químicos pegajosos, la viscina está hecha de hebras rígidas de celulosa que ayudan a que se mantenga firme. Estos hilos están encerrados en una capa sensible a la humedad que mantiene la sustancia extremadamente maleable: en condiciones húmedas, un hilo de viscina de aproximadamente medio centímetro de largo se puede estirar a más de dos metros de largo. Cuando se seca, la sustancia pegajosa se endurece como el cemento. “Esta naturaleza multifuncional que responde a la humedad es lo que me dejó alucinado”, dice Harrington.
Los investigadores descubrieron que la viscina es fuerte (soportaba pesos 50 veces más pesados que las semillas de muérdago) y también es bastante versátil. La viscina está adaptada para adherirse a la corteza y las plumas, pero el equipo descubrió que se adhiere a casi cualquier cosa, incluida la piel. (Mojarse las manos cubiertas de viscosa no elimina el compuesto, dice Harrington, pero frotarlas genera suficiente calor y humedad para aflojar su agarre).
Los científicos dicen que la viscina podría usarse como un agente biodegradable para sellar heridas frescas. Probaron la viscina en cortes hechos a un trozo de carne de cerdo de una carnicería local; una vez que la viscina se secaba, mantenía los cortes sellados, incluso cuando se aplicaba fuerza.
Según Juliann Aukema, investigadora del Servicio Forestal del USDA que estudia la ecología del muérdago y no participó en el estudio, esta alternativa a los pegamentos sintéticos a base de petróleo podría revitalizar la antigua importancia del muérdago. “Existe esta riqueza de conocimientos sobre el muérdago que teníamos y perdimos”, dice Aukema. “Y lo estamos volviendo a aprender ahora en 2022”.