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La NASA se prepara para lanzar tres pequeños robots autónomos a la Luna

Tres pequeños robots espaciales del tamaño de una maleta se disponen a embarcarse en una ambiciosa misión. La agencia espacial estadounidense NASA acaba de anunciar su plan para enviar tres ‘rovers’ totalmente autónomos al ecuador de la Luna. ¿El objetivo? Cartografiar una región del suelo lunar hasta ahora inexplorada pero, sobre todo, demostrar que estos exploradores robóticos pueden trabajar de forma coordinada y eficaz sin que un humano les tenga que dictar paso por paso qué hacer (algo que, hasta ahora, sí que ocurre en la gran mayoría de misiones robóticas en el espacio).

La misión tiene previsto despegar en 2024. Su desarrollo está diseñado casi como una yincana de retos, pruebas y desafíos. La dinámica será la siguiente. Desde el centro de control de la misión se enviará una señal a la base lunar y se dictará una orden como, por ejemplo, «explora esta región» o «mide este parámetro». A partir de ahí los robots elegirán un líder, se repartirán las diferentes tareas necesarias para completar el trabajo y trabajarán de forma conjunta para cumplir el objetivo. La idea es que los ‘rovers’ funcionen de forma totalmente autónoma y encuentren la mejor manera posible de realizar la tarea asignada sin necesidad de intervención humana.

«Nosotros solo les daremos la instrucción general pero serán ellos quienes tengan que determinar cómo hacerlo»

«Nosotros solo les daremos la instrucción general pero serán ellos quienes tengan que determinar cómo hacerlo», explica Jean-Pierre de la Croix, el investigador principal detrás de este proyecto CADRE (Cooperative Autonomous Distributed Robotic Exploration) y científico del Jet Propulsion Laboratory de NASA. «Los ‘rovers’ tendrán que decidir cuándo conducirán, qué camino tomarán, cómo maniobrarán alrededor de los peligros locales», añade el experto durante la presentación de esta misión.

Desafíos técnicos

Una vez en la Luna, este trío de robots tendrá que enfrentarse a una serie de desafíos que, aunque desde la Tierra puedan parecer triviales, en contextos espaciales se convierten en retos titánicos. El primero será conducir de forma perfectamente alineada, sin desviarse el uno del otro y, sobre todo, sin encallarse en ningún obstáculo. La segunda gran prueba consistirá en dejar que cada robot se aleje de forma autónoma en una dirección diferente para explorar un área de al menos 400 metros cuadrados y crear un mapa topográfico en tres dimensiones. También se evaluará cómo reacciona el equipo si un ‘rover’ deja de funcionar de forma repentina.

Estos pequeños exploradores lunares solo llevarán un instrumento científico a bordo. Se trata de un sistema de radares multiestáticos que, de forma conjunta, permitirán crear una imagen en 3D del subsuelo lunar de hasta 10 metros de profundidad. Esta imagen será mucho más precisa y completa que la que está construyendo el todoterreno Perseverance en Marte, donde también ha desplegado un radar de exploración del subsuelo. 

«Esto podría cambiar de forma radical la exploración espacial»

«Esto podría cambiar de forma radical la exploración espacial«, explica Subha Comandur, gente de este proyecto. «Quizás en futuras misiones ya nos empecemos a que preguntar cuántos robots enviamos y qué queremos que estudien de forma conjunta», añade. Esta opción se plantea como una alternativa muy prometedora para explorar «terrenos peligrosos pero científicamente gratificantes» donde los astronautas no pueden acceder de su propio pie.

Siestas de 30 minutos

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El otro gran reto de este proyecto será ver cómo sobreviven estos pequeños robots, mucho más modestos que sus homólogos marcianos, a las hostiles condiciones del ecuador lunar. En esta región los termómetros pueden alcanzar hasta 114 grados centígrados durante el día y descender hasta -170 grados bajo cero durante la noche. Para evitar que estos vehículos se sobrecalienten y dejen de funcionar durante las horas más calurosas, sus creadores han ideado un ingenioso sistema de siestas.

«Cada media hora los ‘rovers’ se apagarán, se enfriarán a través de radiadores y recargarán sus baterías. Cuando despierten simultáneamente, compartirán su estado de salud mediante una red interna (parecida al Wifi) y emprenderán otra ronda de exploraciones en la Luna«, comentan los creadores de estos robots, que despegarán en tan solo unos meses como parte del programa CLPS (Commercial Lunar Payload Services) de la NASA.

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