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El euro digital y la falsa innovación

La Unión Europea publica su largamente esperado planes legislativo para él Desarrollo del euro digitaluna moneda digital emitida por el banco central (CBDC) que se rumorea que está diseñada para eso para asegurar que los ciudadanos europeos puedan realizar pagos digitales de forma fácil y gratuita en todos los países de la Unión.

El texto se basa en una serie de principios fundamentales: en primer lugar, digital o no, un euro siempre será un euro. En segundo lugar, que puede reemplazar el efectivo sin dejar de estar disponible para todos los propósitos. Y tercero, que el euro digital no debe poner en peligro ningún elemento de la cadena de valor monetaria ni el papel del sistema bancario.

En base a estos principios, ¿qué tenemos sobre la mesa? Básicamente una CBDC, con todos los problemas que ello conlleva. Básicamente, si el desarrollo natural y lógico del dinero apunta claramente hacia la reducción o eliminación del papel controlador de los bancos centrales y los estados, las CBDC apuntan exactamente en la dirección opuesta. Y para los que lo duden, hay Experiencia el primer país en adoptar seriamente una CBDC, Porcelanaque ha estado pagando los salarios de los empleados públicos en e-yuan desde 2020, y el tremendo papel que juega el e-yuan en el fortalecimiento del control de su gobierno sobre las transacciones económicas.

¿Dónde está el problema? Digitalizar el dinero simplemente le da a la persona que lo hace mucho más poder. En última instancia, el dinero digital no solo podría ser completamente rastreable, sino también programable, lo que permitiría, por ejemplo, crear dinero que vence en una fecha específica para generar más transacciones y dinamizar la economía si la autoridad central lo considera apropiado.

En el caso del euro digital, existen algunas de estas posibilidades restringidoal menos por ahora: es intencional Garantías de privacidadeso puede ser usado desconectadoque se impide el cobro de una comisión por su uso en transacciones, que se restringe la posibilidad de disponer de más de tres mil euros en euros digitales y que no puede generar intereses ni ser programable para condicionar su uso posterior.

¿Por qué existen tantas de estas limitaciones? Primero, porque la intención parece ser intentar reinventar el efectivo, pero descuidar la mayor innovación que afecta cómo se podría hacer tal cosa: la criptografía. La garantía de privacidad existe porque se ha divulgado como la mayor preocupación de los ciudadanos europeos, pero también tomar el efectivo como modelo va en contra de uno de los principios básicos de la innovación: tratar de reemplazar algo simplemente incorporando beneficios incrementales del modelo anterior. Efectivamente, el efectivo tiene muchas ventajas interesantes… pero si lo tomamos como modelo para su reemplazo, no podemos considerar muchas posibilidades que en definitiva podrían garantizarlo aún mejor.

Además, si tratamos de preservar a toda costa todos los elementos de la cadena de valor del dinero, como el papel de los intermediarios bancarios, llegamos a la conclusión de que debemos evitar, por ejemplo, que alguien atesore su dinero en euros y lo utilice para generar intereses, porque eso sería como tener tu dinero directamente con el banco central y despojar a los bancos comerciales de su papel.

En la práctica, las CBDC son un intento de los bancos centrales de impedir el desarrollo de lo que realmente se supone que es el dinero del futuro: las criptomonedas. De hecho, algunos países, como Rusia o la propia China, están acompañando la introducción de sus CBDC la prohibición de las criptomonedas. Obviamente, esto no tendrá ningún impacto en la popularidad de esta innovación: los bancos centrales y los gobiernos tienen suficiente influencia para hacer cumplir el uso de sus monedas digitales y, además, muchos ciudadanos ni siquiera plantean las objeciones anteriores. Con las CBDC, los bancos centrales están tratando de mantener o eventualmente aumentar su nivel de control con más grados de libertad gracias a la digitalización, asumiendo que este control finalmente corresponderá solo a un algoritmo y, como en el caso de Bitcoin, se establecerá inamovible o por una comunidad de desarrollo transparente y de código abierto administrada, como en Ethereum.

Los CBDC son generalmente una mala idea. Y también un claro ejemplo de un proceso de innovación mal diseñado.

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