Tecnología

Consumo y contracorrientes

Mi columna en Invertia esta semana se titula «¿Consume menos?» (pdf) y está inspirado en algunas declaraciones recientes de Bill Gates en el que se opuso claramente a la idea del llamado «decrecimiento» o «disminución del crecimiento«simplemente llámalo irreal e imposible.

Me resulta muy divertido conocer a Bill Gates en general: cuando era una personalidad inspiradora, cuando fundó Microsoft, cuando tuve la oportunidad de organizar su tiempo en IE y cuando el 90% de lo que explicábamos entonces era en «informática». «.lag Basándome en sus productos me fui a otra época en la que Gates era «el gran ignorante», el idiota que echaba de menos revoluciones como internet o el código abierto, que consideraba «hasta un humilde profesor de IE» como fundamental para poder entender el futuro. Ahora Bill Gates tiene la condición de pensador o de visionario por un lado, y de protagonista por otro de todas las teorías conspirativas que miles de idiotas quieren creer cuando no hay un santo a quien rezar.

¿Tiene sentido pretender que la humanidad en su conjunto está abrazando una doctrina que los lleva a la frugalidad absoluta, a consumir mucho menos y rebajar su comodidad y bienestar, para volver a vivir prácticamente como nuestros bisabuelos? o tatarabuelos? El bueno de Gates no cree que tal hipótesis sea del todo absurda e impracticable, y que a lo sumo, si se logra a través de la austeridad o de crisis económicas salvajes, terminaría creando un mundo absurdo y distópico en el que ciertas personas no se darían por vencidas. cualquier cosa y otros se verían obligados a hacerlo por su propio bien.

Como quiera que lo veamos, el decrecimiento es incompatible con la naturaleza humana. Una persona que ha conocido un cierto nivel de comodidad y conveniencia no lo abandona ni siquiera cuando le dicen que significaría el fin de la humanidad, y así lo hemos confirmado en numerosas ocasiones. Puede llamarse inconsciencia o autoconservación, pero simplemente no sucede y no sucederá. Y la alternativa a eso, que lógicamente viene de un tecnólogo -alguien que sólo tiene un martillo y para quien todo problema es un clavo- es lograr consumir no menos, sino mejor.

No se trata de dejar de conducir, se trata de hacerlo en vehículos que, aunque hay que fabricarlos, ya no contaminan una vez que se ponen en manos de los usuarios. No se trata de no consumir el litio que hay disponible, se trata de generar una demanda que impulse la exploración de alternativas al litio a través de moléculas mucho más abundantes en la corteza terrestre, como ya está ocurriendo. A lo largo de la historia de la humanidad, la tecnología ha creado muchos problemas, pero ha resuelto muchos más de los que creó, y seguimos confiando en ella a pesar de su tremenda relación con el consumo y el modelo capitalista. Las sociedades capitalistas pueden tener sus problemas obvios, pero sus alternativas tampoco han funcionado muy bien.

¿Deberíamos dejar de volar? No, porque no funcionaría aunque lo intentaras. En cambio, debemos avanzar hacia formas de transporte cada vez más descarbonizadas, posiblemente un poco más lentas y con un modelo de consumo diferente e inexistente. Para alcanzarlos es fundamental la existencia de una demanda, ya que esta demanda alimenta todo el circuito. Y así miles de ejemplos más.

Los apóstoles del decrecimiento olvidan una cuestión fundamental: que sus ideales son utopías incompatibles con la naturaleza humana. Seamos serios y pongamos nuestro enfoque donde debemos ponerlo, en la tecnología, si vamos a ser capaces de enfrentar el mayor desafío al que se ha enfrentado la humanidad en su historia.

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba